Un zoológico de Szeged, en Hungría, está en una difícil situación. Debido a la situación actual, el zoo ha estado cerrado desde el 16 de marzo, por lo que lleva más de un mes sin su principal fuente de ingresos: las entradas. A diferencia de otras instituciones, el zoo no puede cerrar del todo, ya que los animales siguen necesitando comida y cuidados.

El zoológico de Szeged es el más grande de Hungría: tiene 45 hectáreas y más de 200 especies, un tercio de las cuales son animales exóticos y en peligro de extinción, mantenidos bajo un programa internacional de rescate de especies. Además de zoo, es un centro de rescate y conservación de la naturaleza, por lo que la mayoría de los animales son especies protegidas que se encontraban en estado salvaje, huérfanos o incluso robados.

Ahora, cualquiera puede ayudar al zoológico ofreciendo el 1% de sus impuestos o adoptando un animal. La práctica de la adopción es una larga tradición en el mundo de los zoológicos, que, por supuesto, no implica una obligación de mantenimiento, sino que comporta un apoyo económico para con los animales.

La cantidad mínima de apoyo es la misma independientemente del animal, ya sea una serpiente de cascabel o un elefante. Los donativos van a un fondo común para que así los animales menos populares también se beneficien. A veces, incluso un animal ha sido adoptado por varias personas: es el caso de Zuri, un hipopótamo enano que este año se ha convertido en el más famoso entre los padres adoptivos. Y no es de extrañar, ya que es la gran sensación de este año, pues el pequeño hipopótamo ha nacido en el zoológico de Szeged.

¿Te parece una buena idea adoptar un animal en un zoo? ¿Crees que hay otras formas con las que todos podemos apoyar el buen funcionamiento de instituciones similares durante la pandemia? ¿A qué animal adoptarías si tuvieras la oportunidad?

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Equipo Toluna